lunes, 8 de abril de 2013

"Los idus de Marzo"

En el calendario romano, los idus de marzo eran fechas de buenos augurios y presagios y tenían lugar los días 15 de Marzo, 15 de Mayo, 15 de Julio y 15 de Octubre y los días 13 del resto de los meses del año. El día 15 de Marzo es famoso porque el emperador romano Julio César fue asesinado en los idus de marzo del año 44 a. C. Según el escritor griego Plutarco, César había sido advertido del peligro, pero había desestimado la advertencia. 

"Los Idus de Marzo" (2011), es una película cuya trama enfatiza la  lucha electoral de dos candidatos de distinto signo político -Mike Morris, gobernador de Pensylvania por el Partido Demócrata y Ted Pullman, gobernador de Arkansas por el Partido Republicano-, que pugnan por la captación de votos en el Estado norteamericano de Ohio. El interés del film se centra en desarrollar los entresijos de la campaña electoral de uno de las candidatos -Mike Morris-, e invita al espectador a reflexionar sobre qué es más importante en política, si los principios que guían los actos o los resultados de las acciones emprendidas. 

Mike Morris se presenta como el candidato del Partido Demócrata con mayores posibilidades de victoria. Siendo el personaje clave a partir del cual se desarrolla la trama, sin embargo, figura como secundario pero con gran dominio de la escena. Con una presencia envidiable y un discurso envolvente, Morris aprovecha al máximo su imagen para ganarse el favor del público, defendiendo valores como la integridad, la honestidad, la moralidad y la fidelidad. A ello le ayuda un gran equipo de campaña electoral, a cuyo mando se sitúa Paul.

Paul Zara es el coordinador de la campaña del gobernador Morris, contratado por éste último para guiarle en la política de comunicación como candidato a senador. Paul se caracteriza por ser un hombre de principios, cuyo máxima es la lealtad y la profesionalidad como queda patente en una de las escenas: “solo hay una cosa que valore en este mundo: la lealtad. Sin ella no eres nada, no tienes a nadie. Y en la política, es el único valor en el que puedes confiar (…) Valoro más la confianza que la capacidad”.

Stephen Myers es el protagonista principal de la película. Contratado por Paul como secretario de prensa de la campaña electoral de Morris, es una pieza clave dentro del equipo. Myers es un joven idealista que se ha forjado una carrera de éxito y que, además, se muestra como un ferviente admirador de la figura política del candidato al cual defiende. Incluso en una de las primeras escenas del film, Myers confiesa “yo haré o diré lo que sea si creo en ello, pero debo creer en la causa”. Precisamente, el argumento de “Los Idus de Marzo” gira en torno al proceso de desencanto del joven portavoz de prensa, porque si en un principio cree en la honestidad y en la defensa de los valores del hombre para el que trabaja –del candidato demócrata-, el transcurso de los acontecimientos de campaña le llevará a cambiar su escala de valores y priorizar la profesión por encima de la ética. 

La eficacia que demuestra Myers es detectada por la oposición política, que trata por todos los medios de que se una a sus filas. El coordinador de campaña del candidato del Partido Republicano, Tom Duffy, se reúne con él para intentar convencerle de la derrota de Morris y de que se pase cuanto antes al equipo ganador, profundizando esta parte de la trama en el lado oscuro del aparato político, en la relación de los partidos con los medios de comunicación, en la intriga, en las estrategias, en las influencias y en cómo los intereses personales se sitúan muchas veces por encima de los ideales políticos.

Este duelo de intereses, ideales y ambiciones alcanza su máximo apogeo cuando aparece en escena la becaria del equipo de campaña del bando democráta Molly, la cual devolverá cierta humanidad a dos personajes tan pragmáticos como Morris y Myers, minando la solidez moral del candidato y cuestionando la integridad idealizada por el secretario de prensa.

Una vez más, parece que el fin justifica los medios y que cuando se trata de elegir entre valores tales como la lealtad y la integridad en las acciones frente a la eficacia de los resultados, la balanza siempre se inclina del mismo lado.
 

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