domingo, 7 de abril de 2013

"El Candidato"

"El Candidato" (1972) muestra cómo un joven abogado -Bill Mc Kay- que lucha en favor de los derechos civiles y del medio ambiente y que goza de cierta popularidad en California, es escogido por el Partido Demócrata para ser el representante político que opte a senador de los Estados Unidos de América. El atractivo letrado asume este reto pese a su inexperiencia, que suple, desde el primer momento, rodeándose de un equipo de profesionales que le guía en la campaña electoral y, sobre todo, gracias a la sinceridad que demuestra a lo largo del proceso electoral. Pues, como el propio Mc Kay afirmará en una secuencia de la película, "la credibilidad depende de que uno mismo sea sincero". 

La estrategia del campaña de El Candidato, entendida ésta por SÁNCHEZ MEDERO, G. como "el conjunto de decisiones y acciones capaces de garantizar el éxito electoral",  se basa en explotar la figura de Mc Kay como un representante del cambio, de la movilización, de la ideología, de la legitimidad, de la participación. Ello queda perfectamente definido cuando pronuncia su primer discurso después de ganar las elecciones primarias de los demócratas: “Ya se que tiene mucha gracia. La verdad es que pensándolo bien que dos hombres tomen decisiones que afectan a 20 millones de personas tiene muchísima gracia pero también es verdad que no hay que reírse demasiado si se piensa lo que está en juego. En las próximas elecciones nosotros decidiremos cómo se va a vivir en este país, si la gente tendrá más posibilidad de dirigir su propia vida o si por el contrario vamos a renunciar a ella. Si, ya se que esto lo puede decir cualquiera, los detalles son lo difícil, el conseguir que la gente se interese. Nuestras vidas cada vez están más determinadas por fuerzas que desbordan al individuo. No sé, es posible que estás cuestiones no puedan plantearse en una campaña política, que el público no esté preparado para oírlas. Pero yo voy a intentar y espero su apoyo en ese esfuerzo o al menos que me concedan el beneficio de la duda”.

Además de la estrategia de campaña, otro punto fuerte del proceso electoral que puede verse caracterizado en la película es el equipo de campaña del candidato, destacando sobre todo el importante papel que realiza Mr. Marvin como coordinador de la misma. Incluso en una de las escenas finales del film, el coordinador -y no el candidato- es capaz de hacer campaña, al llamar a la participación electoral afirmando que “no hemos hecho muchos partidarios pero sí muchos indecisos. Salid a votar mañana” . Dentro del equipo también destaca la labor de los Comités de Estrategia y de Comunicación y el War Room como grupo de trabajo encargado del seguimiento intensivo de dicha campaña. Este equipo trata de sacar el máximo provecho al lenguaje verbal y no verbal de Mc Kay, a la imagen que transmite en contraposición a aquella que transmite su adversario directo -Mr. Jarmon- de hombre frío, templado, de leyes, distante y seguro de su propia realidad. 

El mensaje, la propaganda y la publicidad electoral realizada para Mc Kay intenta siempre potenciar su figura joven, atractiva, idealista, cercana y comprometida, apelando al uso de recursos emocionales tales como el storytelling, el apoyo de su mujer, el vestuario, el contacto con el pueblo, la integridad, utilización de grandes conceptos como derecho, libertad, unión, etc. En el debate televisivo de los candidatos a senador por el Estado de California, queda totalmente caracterizados los rasgos de ambos adversarios y es donde se demuestra con claridad la importancia que tiene el marketing electoral en campaña política. Los tres elementos van siendo modificados a lo largo de la precampaña y de la campaña electoral en función de las investigaciones sobre intención de voto y preferencia electoral, de las opiniones vertidas por analistas y profesionales de la información, del público al que vayan dirigidas o del contexto.

Es muy esclarecedor cuando al final, el recién elegido senador demócrata Bill Mc Kay le pregunta al jefe de su campaña electoral "¿Qué vamos a hacer ahora? Ya soy senador y ahora, ¿qué?". Esta afirmación pone de manifiesto que la comunicación política es un proceso continuo que ni empieza ni termina en la campaña electoral, aunque con ésta adquiera mayor relevancia.

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