lunes, 26 de noviembre de 2012

Gobernanza y participación ciudadana

El Libro Blanco sobre la Gobernanza Europea (2001) establece como principio básico del buen gobierno la PARTICIPACIÓN de la siguiente forma: "La calidad, la pertinencia y la eficacia de las políticas de la Unión implican una amplia participación de los ciudadanos en todas y cada una de las distintas fases del proceso, desde la concepción hasta la aplicación de las políticas. Una participación reforzada debería generar una mayor confianza en los resultados finales y en las instituciones de las que emanan las políticas. La participación depende esencialmente de la adopción de un enfoque integrador de este tipo por parte de las administraciones centrales en la concepción y aplicación de las políticas de la Unión Europea".  


Por tanto, un factor clave de la Gobernanza democrática es la participación ciudadana, la cual debe extenderse a todos los actores del sistema político y a todas las fases del proceso gubernamental. El afán por superar la crisis  y desconfianza institucional, la o la incapacidad de la clase política para dar respuesta a las exigencias sociales lleva, precisamente, a abrir más el sistema político a cuantos quedan afectados por él y, especialmente, lleva a su encuentro con el ciudadano. 

No se puede seguir justificando la democracia desde una posición estática, con una estructura formal y protagonizada por la representatividad de determinados actores -sobre todo, los partidos políticos-. Ya no sirve el modelo de democracia representativa, hay que caminar hacia la consolidación de instrumentos que garanticen el pleno desarrollo de una democracia reflexiva/ deliberativa, superando la posición pasiva del ciudadano y situándole en el centro de toda decisión pública. 

La participación ciudadana se ha convertido en uno de los grandes pilares de las sociedades democráticas, entendiéndose ésta como aquellas actividades y espacios en los que instituciones públicas y la ciudadanía colaboran estrechamente para mejorar los servicios públicos a través del acercamiento entre los poderes públicos y la sociedad civil. Así, los ciudadanos adquieren cotas cada vez mayores de protagonismo en la gestión del espacio público y mejoran su calidad de vida, mientras que los decisores públicos son cada vez más responsables en su gestión.

En este sentido,  la Unión Europea está implementando medidas de gran trascendencia, que acercan la decisión pública a la sociedad civil y ayuda a que ésta última sea la protegonista indiscutible del sistema político. Entre los programas más elevantes podemos citar dos: 
  • e-GovPoliNet, diseñado para fortalecer la investigación científica, social y tecnológica en Europa y para conseguir la excelencia en la práctica de la gobernanza pública digital y en la configuración de las políticas públicas mediante la integración de las capacidades de conocimiento y praxis de todos los socios que integran el proyecto
  • OCOPOMO (Open Collaboration for Policy Modelling), es un proyecto paneuropeo, cuyos principales objetivos pasan por conseguir apoyo ciudadano para la elaboración, implementación y evaluación de las políticas públicas y para todas aquellas decisiones de interés general adoptadas por los gobiernos locales, regionales y estatales, lograr que la sociedad conozca lo que hacen sus gobiernos, tanto a nivel nacional como a nivel europeo, impulsar proyectos comunitarios de colaboración conjunta entre los países de la Unión Europea o fomentar la e-participación entre ciudadanos europeos o avanzar en la creación de entornos de colaboración abiertos, transparentes y participativos.

La Gobernanza desde las instituciones

El Buen Gobierno no debe nacer de la experimentación sino de la capacitación. Para que todos los elementos que intervienen en el sistema político puedan participar en la acción pública, es preciso que cuenten con ciertas capacidades adquiridas previamente que les ayuden a encontrar el consenso pluralista del gobierno relacional.

En palabras del Catedrático D. JOSÉ MANUEL CANALES ALIENDE, las Escuelas de Buen Gobierno son "aquellas instituciones creadas o transformadas de las del pasado, con la finalidad de capacitar para los asuntos públicos, es decir, para el gobierno en el más amplio sentido del término, y no en el estricto de gobierno o poder ejecutivo". 

Así, las Escuelas de Gobierno son las organizaciones creadas para institucionalizar y capacitar en la práctica de la Gobernanza y éstas tendrían dos misiones principales:

  • FORMAR: se trata de capacitar, tanto a los servidores públicos como a la sociedad civil, en lo público, formándoles en el diseño, la implementación y la evaluación de las políticas públicas, optimizando su trabajo y haciendo que su principal tarea sea la eficaz gestión pública y no la improvisación acelerada, generando en ellos una posición crítica que les permita actualizarse continuamente.

  • INVESTIGAR: generar conocimientos para la búsqueda de soluciones a los problemas de gobierno, innovando en los procesos y en los mecanismos utilizados en la gestión pública, brindando herramientas conceptuales y metodológicas para el diseño e implementación de políticas públicas y para el desarrollo de sistemas de gestión en las organizaciones, estudiando el alcance y los componentes del sistema político o diseñando metodologías e instrumentos para el análisis, seguimiento, evaluación y control integral de la gestión y pública. 

España adolece de este tipo de estructuras para trabajar en la Gobernanza, si bien ha centrado la atención en la aprobación de Códigos de Buen Gobierno a nivel central -como la aprobación de la ORDEN APU/516/2005, de 3 de Marzo, por la que se dispone la publicación del Acuerdo del Consejo de Ministros de 18 de febrero de 2005, por el se aprueba el Código de Buen Gobierno de los miembros del Gobierno y de los altos cargos de la Administración General del Estado- y a nivel Autonómico.   

Lo que sí se están llevando a cabo son pequeños avances en este sentido, a través de la creación de organizaciones para el fomento del buen gobierno como puede ser el Instituto de Gobernanza y Dirección Pública (IGDP) -dependiente de la institución académica internacional ESADE-, o el Instituto Universitario "Fermín Caballero" de Política y Gobernanza (IPOLGOB) -perteneciente a la Universidad Carlos III de Madrid-, aunque todavía queda un duro trabajo por realizar.

Gobernanza y Transparencia

Gobernanza y transparencia son dos conceptos estrechamente unidos. En este sentido, la transparencia es un principio ordenador y transversal del componente relacional de la gobernanza, necesario para la interacción de los actores y de las instituciones. La claridad en los procedimientos, en los medios, en la composición, en el funcionamiento y en los resultados de los miembros y de las organizaciones del sistema político en la regla básica en el arte de gobernar.

Tal es así que el legislador español está trabajando en un Proyecto normativo que incluye ambos conceptos: el Proyecto de Ley de Transparencia, Acceso a la Información Pública y Buen Gobierno de España (aprobado por Consejo de Ministros de 22 de Julio de 2012). De este modo, el citado Proyecto establece en su Exposición de Motivos que "la transparencia, el acceso a la información pública y las normas de  buen gobierno deben ser los ejes fundamentales de toda acción política. Sólo cuando la acción de los responsables públicos se somete a escrutinio, cuando los ciudadanos pueden conocer cómo se toman las decisiones que les afectan, cómo se manejan los fondos públicos o bajo qué criterios actúan nuestras instituciones podremos hablar de una sociedad crítica, exigente y participativa". 

Pero, ¿por qué mezclar en una misma norma tres materias que, debido a su importancia y complejidad, debieran regularse por separado?  De hecho, algunas Comunidades Autónomas han sido pioneras en este sentido y han llevado a cabo la aprobación de leyes separando claramente el objeto a tratar. Así, la Comunidad Foral de Navarra aprobó en 2011 la Ley Foral 2/2011, de 17 de Marzo, por la que se establece un Código de Buen Gobierno y en 2012 ha aprobado la Ley Foral 11/2012, de 21 de Junio, de la Transparencia y del Gobierno Abierto.

Centrando la atenicón en el Proyecto de Ley de Transparencia, éste deja muchas cuestiones sin resolver y además complica la regulación de otras cuestiones anexas. A modo de ejemplo, no hay una certeza jurídica: en el régimen sancionador alguno para las Administraciones Públicas ante el incumplimiento de sus obligaciones de información activa; en materia de acceso a la información pública, pues se incluyen en la norma excepciones muy laxas e indeterminadas que lejos de dotar de contenido y garantía a este nuevo derecho, puede quedar éste en una simple expectativa no materializable; o en la clasificación de la información pública -en categorías tales como información institucional o económica-, que no ayuda ni a su comprensión ni a su tratamiento jurídico. ¿Qué seguridad jurídica se logra con la aprobación de esta ley?

A nivel organizativo, el Proyecto de Ley plantea reformas tan ambiciosas como dudosamente efectivas, tales como la modificación de la actual AEVAL para convertirla en la Agencia Estatal de Transparencia, Evaluación de las Políticas Públicas y la Calidad de los Servicios o la creación de una Oficina de Buen Gobierno y Conflictos de Intereses -dependiente del Ministerio de Hacienda y Administraciones Públicas- para la gestión del régimen de incompatibilidades de los altos cargos. Siendo así, ¿hasta qué punto podrá superarse la discrecionalidad en la regulación de esta materia?

El Proyecto de Ley parece ser más que un mecanismo habilitante para la participación ciudadana en la acción pública, un instrumento de delimitación de dicha actividad. Tendremos que esperar a la aprobación definitiva de la ley para saber en qué medida puede hacerse efectiva la transparencia y en qué medida ésta podrá ayudar al bueno gobierno.

martes, 20 de noviembre de 2012

Indicadores para la Gobernanza


Según la Real Academia de la Lengua Española, en su sesión de 21 de Diciembre de 2000, la Gobernanza es: “arte o manera de gobernar que se propone como objetivo el logro de un desarrollo económico, social e institucional duradero, promoviendo un sano equilibrio entre el Estado, la sociedad y el mercado de la economía”. Por tanto, para entender la Gobernanza en necesario centrar la atención en aspectos económicos, sociales e institucionales de un sistema político determinado.

En este sentido, una propuesta para medir el Índice de Gobernanza (IG), tiene en cuenta, a su vez, tres índices concretos Índice Económico (IE), Índice Social (IS) e Índice Político-InstitucionaI (IPI) que aglutinan, cada uno de ellos, múltiples indicadores relacionados.

                                                                IG  =  IE  +  IS  +  IPI 

Concretamente, la propuesta para medir la Gobernanza quedaría diseñada de la siguiente manera: 
  1. ÍNDICE ECONÓMICO: compuesto por Indicadores de presupuesto público, Indicadores de empleo público e Indicadores de contratación pública. 
  2. ÍNDICE SOCIAL: compuesto por Indicadores de gobierno abierto, Indicadores de gobierno electrónico e Indicadores de ética pública.   
  3. ÍNDICE POLÍTICO-INSTITUCIONAL: compuesto por Indicadores de recursos humanos, Indicadores de procesos/ instituciones e Indicadores de resultados.

Los indicadores utilizados ya están siendo medidos en la actualidad y se utilizan también otros que pueden incluirse para completar el análisis. Concretamente, las fuentes de las que se han extraído los primeros son las siguientes:
 
El Índice Social resulta clave para analizar el buen gobierno, sobre todo unido a la participación ciudadana en la democracia deliberativa o reflexiva. 
 
España no es uno de los países peor situados en los rankings globales, aunque sí que se observa que va perdiendo posiciones en poco tiempo. Todavía queda mucho trabajo por hacer. Pasar de la fiscalización del gasto público a la evaluación de las políticas económicas, aprobar una ley sobre transparencia y derecho de acceso a la información, crear más instrumentos institucionales de participación ciudadana, establecer objetivos concretos y mesurables en los planes estratégicos de las organizaciones o, entre otras acciones, pueden ayudar al buen gobierno y a un desarrollo equilibrio de los tres elementos básicos para la Gobernanza democrática: el Estado, la Sociedad y el Mercado.

jueves, 15 de noviembre de 2012

Service Canada: por la calidad de lo público


La excelencia de la Administración Pública canadiense en la prestación del servicio público puede ser analizada desde múltiples perspectivas, pero todas ellas nos llevan a un mismo punto de encuentro: su enfoque centrado en el ciudadano. 

El Sitio Web de Service Canada es un claro ejemplo en este sentido, ya que el éxito de su funcionamiento se debe, precisamente, a que su diseño está totalmente pensado para que el ciudadano obtenga toda la información sobre el Gobierno y la Administración del país: programas de actuación, nuevas iniciativas que están siendo consideradas por los decisores públicos, productos a los que puede optar, mecanismos de participación, entre otros

Service Canada es una herramienta objetiva, neutral y eficaz, que inserta mecanismos sencillos y de tramitación ágil para el seguimiento de los  procedimientos administrativos. Está operativa 24 horas al día los 7 días de la semana y supera toda división jurisdiccional, territorial o competencial para prestar un servicio público de calidad a los canadienses. Muy intuitiva, de fácil acceso y estructurada por perfiles, esta plataforma supone un avance exponencial en la cultura de eficacia que caracteriza al país.

Gracias a la aplicación de este instrumento interactivo, de acuerdo con la encuesta anual The United Nations E-Government Survey 2012: E-Government for the People, en 2012 Canadá ocupa los primeros puestos en el ranking de gobierno electrónico y de participación electrónica. Tal posición se asocia, principalmente, a la oferta de servicios centrada en el ciudadano, pero también al claro y firme compromiso de los responsables públicos por mantener una amplia cartera de bienes y servicios y al alto grado de exigencia ciudadana a la hora de realizar sus demandas y de exigir resultados.

Sevice Canada está en constante actualización y desarrollo y constituye una óptima fuente de retroalimentación y de legitimación del sistema político.

miércoles, 14 de noviembre de 2012

El enfoque sistémico de David Easton



El enfoque sistémico debe ser establecido como un instrumento que ayude a entender las relaciones de poder en la sociedad, a partir de las interacciones de los individuos dentro de un sistema. Con un claro componente positivista, este enfoque no supone un paradigma en el quehacer político ni puede, por sí mismo, sobrevivir en un mundo tan complejo y dinámico como en el que el hoy nos encontramos pero sí puede complementar y complementarse con otras disciplinas para comprender mejor los problemas de la convivencia en sociedad y de la acción pública.

Las aportaciones eastonianas son de todo punto valiosas y propulsoras en la introducción del método científico en las Ciencias Sociales, siendo el componente esencial para analizar al individuo como eje central del sistema político como factor fundamental de la acción pública. Desde esta perspectiva, vida política de EASTON, D. solo tiene sentido desde el análisis de la conducta y de las interacciones del individuo dentro del ambiente social y en la respuesta que se le da a ésta al hacer asignaciones obligatorias de valores.

Las instituciones político-administrativas se incluyen dentro del análisis sistémico y se consideran simples mecanismos de gobierno que limitan, controlan, incitan y prohíben comportamientos, sino que expresan y comunican valores, a la vez que se legitiman en ellos. Las decisiones políticas se adoptan en el marco institucional y son esenciales dentro del sistema político tanto para captar “inputs” como para ofrecer “outputs” en ese proceso de retroalimentación constante del mismo.

jueves, 8 de noviembre de 2012

La "Obamamanía" europea

La "obamamanía" sigue estando de moda en Europa. Tal es así que según la encuesta "Tendencias transatlánticas 2012" realizada en Junio de 2012 por la Fundación German Marshall (GMF), si los habitantes de la Unión Europea hubieran participado en las elecciones presidenciales de Estados Unidos del pasado martes 6 de Noviembre, el 75% de ellos hubiera votado por el candidato demócrata Barack Obama.

El presidente tiene, en esta segunda legislatura, la oportunidad de demostrar a los ciudadanos europeos que la confianza que vienen demostrándole en estos años no cae en saco roto y que a ambos -EE.UU y Unión Europea-, les resulta necesario seguir avanzando juntos para conseguir cumplir sus objetivos individuales y cumplir, de igual forma, sus metas en el nuevo y complejo orden internacional.

A las dos potencias les alejan aspectos fundamentales de orden económico, social y político. Obama apuesta por incrementar el gasto público, por invertir ahora y recortar después, por crear empleo con prontitud, por incrementar  las exportaciones y por vigilar muy de cerca los rescates territoriales o por llevar a cabo una política exterior efectiva y muy agresiva en la sombra, mientras que la Unión Europea camina en el sentido opuesto. De esta forma, resulta más fácil encontrar lo que les separa que lo que les aproxima.

Queda mucho por hacer y, además, Europa cuenta con un hándicap importe y es su incapacidad institucional manifiesta para buscar una posición común con EE.UU. La falta de identidad europea y la todavía inexistencia de un orden comunitario legítimo, hace de la Unión Europea un actor internacional débil y poco responsable, con escaso poder político y cada vez menos poder económico, que actúa  como una deslavazada maquinaria incapaz de gestionar con autonomía su intereses particulares y, por tanto, vista con reticencia por los demás para trabajar con ella en asuntos de interés global.

Por tanto, parece que los EE.UU necesitan a la Unión Europea pero menos de lo que ésta última necesita a la administración Obama y ellos están mucho más preparados para negociar los términos de su colaboración. Barack Obama es consciente de ello y, desde su posición, intentará estrechar lazos con Europa. Pero de nada servirá si la Unión Europea no avanza primero en su plena integración e identidad, pues solo así podrá lograr posteriormente la credibilidad y el respeto de los demás actores en el  escenario internacional.