martes, 30 de octubre de 2012

Reforma administrativa y burocracia electrónica



La Burocracia, es decir, la estructura organizativa de las instituciones político-administrativas de un Estado, se encuentra condicionada por dos poderes públicos distintos: Administración Pública y Gobierno. De en qué grado intervengan uno y otro y de las características propias de cada orden dependerá la consecución de la finalidad objetiva: el interés general. 

El pensamiento burocrático hace referencia al compendio de teorías explicativas del funcionamiento de las instituciones político-administrativas de cada momento histórico. Intenta, de esta manera, buscar cuáles son las características comunes de las organizaciones formales de poder a lo largo de la historia y responde a las inquietudes doctrinales de autores universales que buscan modelos explicativos omnicomprensivos. 

La reforma administrativa es un proceso indisolublemente unido a la propia naturaleza de la organización pública, ya que posibilita el cambio continuado y dota de cierta homogeneidad y racionalidad al proceso de mejora institucional. Fuera de toda duda, la burocracia juega un papel decisivo e integrador en la modernización administrativa y en la propia estabilidad del Estado. 

La burocracia electrónica no constituye un nuevo paradigma en el pensamiento político-institucional pero sí un cambio profundo respecto del anterior modelo Weberiano. Supone un auténtico reto para los Estados y para la situación de éstos en el escenario internacional y permite optimizar el gran propósito de la Administración Pública, ofreciendo un servicio público directo y personalizado a los cada vez más y mucho más exigentes ciudadanos.

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