viernes, 30 de mayo de 2014

Ética & Política


La vida en colectividad, la búsqueda de lo que nos es común a todos, la mitigación del conflicto social, es lo que podemos denominar política. Pero si para cada uno de nosotros existen diferentes intereses que deben ser cubiertos, diferentes demandas que deben ser satisfechas, es necesario que deliberemos, que construyamos consensos simétricos sobre lo que queremos conseguir.

En este proceso, no todo vale, la imposición no es suficiente si no se dota de razón práctica. Es preciso fijar unos mínimos comunes que legitimen las decisiones acordadas en colectividad, unas cualidades morales básicas que pongan de manifiesto el carácter plural del ser. Solo cuando todos podemos participar de forma simétrica en la fijación de unos criterios de justicia mínimos, éstos pueden ser válidos y respetados universalmente.  

La ética pública se construye desde la colectividad y está cimentada por una serie de discursos orientadores de la actividad pública, esclareciendo los principios morales de mayor consistencia que guían el comportamiento político. Por tanto, podemos llegar a la conclusión de que la política es tan consustancial a la reflexión ética, como necesaria la valoración ética de toda práctica política. Ética y política son complementarias, inseparables a toda acción pública, a la búsqueda del bien común.

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