Tal y como se define en el Libro Verde de la Iniciativa Europea en favor de la Transparencia (2006), un Grupo de Presión es aquel cuyas actividades pretenden influir en los procesos de elaboración de políticas y de toma de decisiones en las instituciones europeas. Estos Grupos actúan dentro del sistema democrático, se van transformando en él y, desde el momento en que los mismos comienzan a actuar sobre el poder para reivindicar sus aspiraciones, se les considera comunmente como Grupos de Presión.
Estos Grupos tratan de influir en los responsables políticos pero -a diferencia de lo que ocurre con los partidos políticos-, éstos no buscan obtener el poder, ni sus intereses son generales sino exclusivos de determinados sectores de población y para ámbitos concretos, consagrándose exclusivamente a la acción política. Ejemplos podemos encontrar muchos, entre los que caben destacar las organizaciones sindicales y empresariales, las asociaciones profesionales, las cámaras de industria, las organizaciones estudiantiles, los medios de comunicación de masas, etc.
El citado Libro Verde destaca algunas de las características esenciales del mismo, reconociendo la legitimidad de su actuación persuasiva en el sistema democrático, destacando su capacidad para llamar la atención de las organizaciones sobre asuntos concretos yla clara contribución al fomento de la transparencia pública.
La influencia de los Grupos de Presión varía de unos a otros, según diferentes criterios: que defiendan intereses sectoriales o promocionales; que sean "insiders" u "outsiders" al gobierno; o que manejen -en mayor o menor medida- recursos técnicos, económicos o jurídicos. A su vez, factores como la estructural institucional, la cultura política, las políticas públicas o el sistema de partidos de un país pueden ser elementos clave para el éxito de los mismos en un Estado. Por ejemplo, un país que se base en el bipartidismo cuenta con partidos políticos de gran relevancia que nutren de estabilidad y continuidad al sistema político pero que deja poco márgen de actuación al resto de actores políticos colectivos. Por tanto, el desarrollo de los Grupos de Presión en este Estado pudiera ser la respuesta a una participación ciudadana más abierta y deliberativa a la hora de conformar la agenda pública pero cuenta también con más dificultad de prosperar en un escenario partitocrático poco proclive al cambio.
A su vez, el Libro pone de manifiesto algunos de los principales riesgos inherentes a los propios Grupos, como pueden ser el proporconar información distorsionada a los decisores públicos, la correspondencia social de sus demandas con las necesidades reales de los ciudadanos, la legitimidad en la representación de intereses o el marcado carácter económico que requiere su funcionamiento y que puede influir en que prosperen o no las iniciativas que formula a la clase política.
Estos Grupos tratan de influir en los responsables políticos pero -a diferencia de lo que ocurre con los partidos políticos-, éstos no buscan obtener el poder, ni sus intereses son generales sino exclusivos de determinados sectores de población y para ámbitos concretos, consagrándose exclusivamente a la acción política. Ejemplos podemos encontrar muchos, entre los que caben destacar las organizaciones sindicales y empresariales, las asociaciones profesionales, las cámaras de industria, las organizaciones estudiantiles, los medios de comunicación de masas, etc.
El citado Libro Verde destaca algunas de las características esenciales del mismo, reconociendo la legitimidad de su actuación persuasiva en el sistema democrático, destacando su capacidad para llamar la atención de las organizaciones sobre asuntos concretos yla clara contribución al fomento de la transparencia pública.
La influencia de los Grupos de Presión varía de unos a otros, según diferentes criterios: que defiendan intereses sectoriales o promocionales; que sean "insiders" u "outsiders" al gobierno; o que manejen -en mayor o menor medida- recursos técnicos, económicos o jurídicos. A su vez, factores como la estructural institucional, la cultura política, las políticas públicas o el sistema de partidos de un país pueden ser elementos clave para el éxito de los mismos en un Estado. Por ejemplo, un país que se base en el bipartidismo cuenta con partidos políticos de gran relevancia que nutren de estabilidad y continuidad al sistema político pero que deja poco márgen de actuación al resto de actores políticos colectivos. Por tanto, el desarrollo de los Grupos de Presión en este Estado pudiera ser la respuesta a una participación ciudadana más abierta y deliberativa a la hora de conformar la agenda pública pero cuenta también con más dificultad de prosperar en un escenario partitocrático poco proclive al cambio.
A su vez, el Libro pone de manifiesto algunos de los principales riesgos inherentes a los propios Grupos, como pueden ser el proporconar información distorsionada a los decisores públicos, la correspondencia social de sus demandas con las necesidades reales de los ciudadanos, la legitimidad en la representación de intereses o el marcado carácter económico que requiere su funcionamiento y que puede influir en que prosperen o no las iniciativas que formula a la clase política.
Para regular los Grupos de Presión en Europa, se ha aprobado un Acuerdo
entre el Parlamento Europeo y la Comisión Europea relativo al
establecimiento de un Registro de transparencia para las organizaciones y
las personas que trabajan por cuenta propia que participan en la
elaboración y aplicación de las políticas de la Unión Europea (publicado
en el DOUE de fecha 22 de Julio de 2011), que será desarrollado en la siguiente entrada y que, por adelantar su contenido esencial, recoge el Código de Conducta de estos actores políticos colectivos.
No hay comentarios:
Publicar un comentario